Temporales
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La costa gallega está acostumbrada a capear temporales. El mar embravecido escala los acantilados, penetra con fuerza en las tranquilas rías, y ofrece imágenes irrepetibles del asombroso poder de la naturaleza.
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La costa gallega está acostumbrada a capear temporales. El mar embravecido escala los acantilados, penetra con fuerza en las tranquilas rías, y ofrece imágenes irrepetibles del asombroso poder de la naturaleza.